lunes, 10 de diciembre de 2018

Knalito FC en Surf 13, los mariachis no saben surfear.


Si algo hay que destacar del Foro Independencia es la seriedad y puntualidad con la que se desarrollan los conciertos, así que a las 8 de la noche en punto del 8 de diciembre de 2018, las puertas se abrieron y la música ambiental empezó a sonar.  Los primeros en llegar fueron algunos de los músicos, el público entró lentamente, aunque en la calle había una fila bastante decente no era para el evento de Surf sino para ver a José Manuel Aguilera, que se presentaría en el Anexo, así pues, cuando a las 9:00 pm salió al escenario Knalito FC, eran apenas alrededor de 25 las personas que de inmediato se sumaron al calor propuesto por las notas de la banda que ya cuenta 12 años de trayectoria.

La presentación de apenas media hora transcurrió cálida y consistente  e incluyó temas de todas las etapas de la banda. Abrieron con “la maestra”, el más conocido por el público gracias al estribillo cantado que da nota de su estilo desenfadado y que arrancó algunos coreos por parte del público.  A éste siguió “undersurfer”,  de lo más reciente en el repertorio, un surf con acercamientos al western. Con “surfea el canalito” saludaron al público que incluía a miembros de la escena local cuya interacción dejó ver la camaradería y buena vibra existente, llegando incluso a develar el nombre real del guitarrista, que se presenta bajo su alter ego Tithor Knalito.

Al tocar “paseando el hurón” se presentaron algunos problemas técnicos, sin embargo, la calma llegó con “amnésica” para luego dar paso a los temas más potentes, “yoko ch”, “abogangster”, “zorreando en la colfres”. El cierre fue con uno de los primeros temas de la banda, “los mariachis están muy gordos pa´surfear”, tema que inspiró el eslogan del tokín: Surf 13, los mariachis no saben surfear.
En general la respuesta del público fue buena, al terminar la presentación el número había crecido un poco, aceptando la propuesta de la banda que parte del surf básico y se envuelve en un sonido garage con acercamientos al blues, al grunge y en momentos juega con ritmos como la cumbia y el son jalisciense. Al Knalito FC le siguieron Surf del Chamuco, Los Golden Calavera, Antisocial Zombie Club, Los Krakatoa y The Carracos Surf Trio, completando una velada entre olas de reverb, buena vibra y calor humano.

Sin duda es saludable que foros como el Independencia briden el espacio para que éste sea habitual y reconocido para los seguidores del Surf, género interpretado en Jalisco por apenas 10 bandas y que no ha encontrado su nicho. Público hay, lo que se demuestra con las visitas de las bandas nacionales emblemáticas o las internacionales, sin embargo, éste debe descubrir la escena local, la cual, a pesar de que aparentemente es limitada, es bastante rica en conceptos y propuesta.

¡Buena vibra y rocanrol! 


Reverb on! 
Surf´s up!

lunes, 11 de junio de 2018

"The jungle book" o "El libro de las tierras vírgenes", o de cómo no merecer un nombre...


 “El libro de las tierras vírgenes”.
El título no destacaba, no me llamó ni movió nada en mi interior, lo tomé por la simple razón de que era su turno. Tenía 13 años cuando decidí leer todos los libros del mueble que había en la casa, sin importar la temática, uno a uno, aleatoriamente. La colección de libros de mis padres era meramente decorativa: había títulos de finanzas, religión y literatura. De los últimos, ningún título de los clásicos, nada de autores conocidos, al menos eso creía.

El libro era un poco viejo, una edición española de 1971, con un desgaste normal aunque no había sido leído quizás en por lo menos 15 años. La ilustración de la portada mostraba un estanque al atardecer en el que bebían un tigre y dos elefantes. Dominando la escena, un tercer elefante barritaba mientras un chiquillo, desnudo, observaba la escena sentado entre el follaje. Finalmente, un antílope parecía retirarse del lugar, quizás por temor al tigre. La contraportada contenía reseñas de otros títulos de la editorial, no había más indicios de la historia, sólo al abrirlo y leer el índice supe de qué se trataba.
Éste señalaba un prólogo del autor seguido de varios títulos. “Los hermanos de Mowgli” era el primero, en aquel momento reconocí el nombre.
En ese entonces no había visto la película animada de Disney, “El libro de la selva”, pero si leí una versión impresa, en formato de historieta que me encontré en una biblioteca en El Grullo. La historia de un niño rescatado por una pantera negra, quien lo entrega a una familia de lobos, y se cría en la selva, de la que tiene que huir porque es perseguido por un tigre, no me pareció entonces nada especial. Elefantes que marchan, monos que bailan, un oso locuaz y festivo, unos buitres estrafalarios y una serpiente hipnótica,  significaron demasiada ingenuidad para mis gustos de aquellos años, a pesar del drama de la pelea final y esa escena en la que Baloo parece estar muerto, asesinado por un Shere Khan fuera de sí.
Así que mi primera sorpresa fue enterarme de que esa película era una adaptación, o mejor dicho, que estaba basada en una obra literaria.
Cuando terminé el primer cuento, “los hermanos de Mowgli”, no lo podía creer.
¿En realidad se habían basado en esa maravillosa y poderosa historia para crear aquella insulsa caricatura?
Al terminar de leer todos los cuentos relativos a Mowgli, con lágrimas en los ojos juré nunca ver la película.
La literatura y el cine son diferentes en su esencia,  en cuanto a sus formatos, los códigos que les dan forma e incluso en las intencionalidades que tienen. De allí que las adaptaciones y las interpretaciones o versiones sean un desafío para el espectador. El lector que se enamora de una obra literaria, de sus personajes, tramas y subtramas, difícilmente encontrará una versión cinematográfica que llene sus expectativas. Lo mejor que le puede pasar es encontrarse con una película que lo sorprenda, que la interpretación que hace el director le genere empatía y simpatía, y le despierte tantas emociones como lo hizo el libro.
En este caso, lo único que despertó en mi fue algo muy parecido al odio, y aunque mi reconciliación con Disney llegó con “El rey león”, nunca pude perdonar a “El libro de la selva”.
Así pasé entonces 25 años de mi vida, evitándola.
Hace dos años Disney lanzó una nueva versión con imágenes reales y digitales, decidí que no la vería, pues los cortos mostraban que no sería otra cosa que lo que leí en aquella historieta, sin embargo, cuando vi el avance de una versión presentada por Warner, a pesar de dos detalles en el tráiler que no me gustaron, la expectativa que generó en mí fue tal, que decidí que ésta si debía verla pero, además, antes vería otras versiones, incluyendo las de Disney, para poder comparar.
Entonces lo hice.
Si bien es de sobra conocido que Disney hace de historias reales, sangrientas, tristes y crudas, fantasías perfectas, no es lo mismo tratar con un cuento de la tradición popular que con una obra literaria, de un premio Nobel, considerado uno de los grandes clásicos de la literatura universal.
Esa, para mí es la gran ofensa que se hace a la obra, además de caricaturizar y convertir a personajes complejos en bufones, reducir una historia rica en detalles, motivaciones y trasfondos sumamente poderosos, en simples anécdotas.

Una película basada en una obra literaria no está obligada a transcribirla, claro. Es una obra distinta. Pero si tergiversa y replantea tantos detalles sustanciales que tocan el alma de la historia, se convierte en una obra lejana, ajena, bastarda.
Eso es lo que pasa con lo hecho hasta hoy, espero que no ocurra con la que viene.

viernes, 23 de marzo de 2018

Surf beats en Guadalajara. 2005 – 2017. Un breve recorrido a través de 12 años de rock surf jalisciense.

¿Qué es la música surf?
La definición más sencilla es que se trata de rock ‘n’ roll, principalmente instrumental (aunque no obligatoriamente), distinguido por guitarras empapadas de reverb y una base rítmica de carácter firme, diseñado para sonar como olas rompientes. Con simples canciones de tres acordes, la música puede sonar similar en su superficie, aunque se trató de una música revolucionaria para su época, explorando territorios sónicos que antes no se oían en el rock, y en la actualidad ha incorporado elementos ricos y diversos que le imprimen versatilidad, brío y frescura.

Orígenes y evolución del género.
El conocimiento convencional postula que el Rock ‘n Roll decayó en el período comprendido entre 1959 y 1963. Sin embargo, en ese período de cuatro años entre los que Elvis se une al ejército, la muerte de Buddy Holly, y la aparición de The Beatles, se produjo una revolución musical en el sur de California llamada música de surf, con dos vertientes, la vocal (The Beach Boys, Jan & Dean) y la instrumental (Dick Dale, The Ventures). Sin embargo, a partir de 1964 el género se mantendría activo pero al margen de la evolución del rock. Es digna de mención la disputa provocada por puristas que insistían en culpar de esta marginación a la corriente vocal del surf, afirmando que ésta, al ser popular pero alejada del surf instrumental que ellos reivindicaban como el real, causaba que el público no les prestara la atención necesaria. Irónicamente, este purismo sería el que finalmente le garantizó la supervivencia. En los 70 y 80 aparecen nuevas bandas (The Raybeats, The Quiets, The Halibuts) sin lograr la resonancia que ya tenían los clásicos, que se mantenían tocando. Es a finales de los 80 y principios de los 90 cuando una tercera ola finalmente logra reposicionar al género con bandas como Los Straitjackets, Satan’s Pilgrims y Man or Astroman, que además definirían al género como una propuesta de rock instrumental complementada con una estética visual bien definida y, en algunos casos, teatral y de ficción. Finalmente, en 1994, la película Pulp Fiction, de Quentin Tarantino, incluyó en su soundtrack algunos cortes del surf clásico, lo que favoreció enormemente a que el público prestara atención a las bandas que ahora aparecían por todo el mundo, contribuyendo con diversos sonidos a la creación de subgéneros que lo enriquecieron enormemente.

Olas en las playas urbanas de México.
Aunque en México hubo bandas que en los 60 interpretaron el género (The Mabbers, The Cambridge Stones, Los Pájaros Azules, Los Temerarios, Los Matemáticos), más por petición explícita de productores que buscaban igualar los éxitos del país del norte, similar a todo el rocanrol de la época en el país; es hasta 1994, con Los Esquizitos, y en 1996 con Lost Acapulco que, con el impulso ya mencionado, el surf se posiciona en la escena del rock nacional y ve nacer una generación de bandas que sembrarían las bases de un movimiento identificado principalmente por su acercamiento estético a la lucha libre mexicana y las películas de luchadores. Es en la CDMX y Puebla donde el género se afianza, reclamando espacios propios como el Multiforo Alicia y el Pulque para Dos, y creciendo en su propuesta musical, calidad en grabaciones y acoplados representativos de culto. A pesar de esto, no abandonó su estatus local, con las excepciones de Lost Acapulco y Sr. Bikini, únicas bandas con etiqueta nacional. En Guadalajara, a pesar de ser una ciudad que no se caracteriza por apostar a lo local, en ese entonces sin medios especializados, una radio pública hermética y la comercial con escasos espacios para el rock; sin un sistema de intercambio musical y encuentro para las alternativas y nuevas propuestas como el tianguis del chopo; y en la que los géneros underground batallan por espacios, credibilidad y, sobre todo, público; la onda expansiva llega diez años después, cuando en el 2004 tres músicos forman Los Rustys, pero es hasta el siguiente año cuando hacen su presentación oficial.

2005 – 2006. La incursión undersurfer en la perla de occidente.
En el 2005 ya existían bandas de Rockabilly en Guadalajara, considerado un género hermano del surf por su apego a las bases del rocanrol, como Los Perros Kemados y Los Tres Calavera. Éste es el único contexto del género en el que aparecen las primeras bandas, que inician en condiciones totalmente marginales, tocando en fiestas y tokines underground en baldíos, bodegas o casas abandonadas. Interpretando covers clásicos y algunas rolas propias, Los Rustys apostaron por un sonido basado en los elementos clásicos del género, mientras que Hurakarrana adoptó las resonancias del movimiento de la CDMX. Por su parte, The Catrines exploraron un tono más oscuro y psicodélico, incorporando samplers y arreglos de teclado y órgano, convirtiéndose en la propuesta más sólida del momento, lo que les dio algunas oportunidades de presentarse en la escena alternativa tapatía y en foros como el FBolko. En el 2006, las tres bandas forman parte del primer Festival de Surf y Rockabilly, que contó con la visita de Sr. Bikini como banda estelar, en el Calipso, bar especializado en reggae, el género mejor posicionado en la ciudad, junto con el ska, y que se convertiría en el primer nicho para el desarrollo de la naciente escena surf. En este año se une a la escena Knalito FC, banda nacida en El Grullo, un pueblo al sur del estado. Con bases en el género y acercamientos a un sonido garage, luego de algunas tocadas en su región, inician el contacto por medio de MySpace con las bandas de la capital, y finalmente organizan una primera tocada en Casa Jaguar con Hurakarrana, en el 2007.


2007 – 2010. La conformación de la escena.

Éste es el período más rico en propuestas, a pesar de la desaparición de The Catrines y Hurakarrana. Los Rustys cambian su nombre a The Carracos, llegan a la escena Los Percebes, con un sonido inmerso en el surf nacional y Antisocial Zombie Club, con el término acuñado por ellos como Surfbilly punk. En el 2009 aparecen Los Golden Calavera, quienes incursionan en el horror surf y luego de una ruptura, algunos de sus miembros forman Los Zombitronics, en la misma línea. Ese mismo año se presentan Los Lavalamps, notablemente cercanos al blues y el rock clásico, y finalmente, en el 2010, Los Caguama, abanderando el Chapala´s Surfin Style. Estas dos bandas se consolidaron como las propuestas con mayor proyección por su calidad de ejecución, grabaciones y consistencia, además de presentaciones cotidianas en bares. Por último, con menos presencia existieron Imbechile Surf, Los Teddy Bastards, Don Mostro y Astro Sharks. En este periodo fueron comunes las tocadas en bares como el Calipso, La Barra de Piedra y La Zona, sin dejar de lado los tokines underground como los llamados Negro Fest organizado por Los Carracos y La Inocente Surfeada, por Knalito FC en su pueblo de origen. Culminaría con algunos logros como la inclusión de un tema de Los Lavalamps en un acoplado de surf latinoamericano, y la presentación de Knalito FC en el icónico Multiforo Alicia, en la CDMX.



2010 – 2015. Tragos de Tequila Surf.
La década inició con buenos presagios para la escena, con un número aceptable de bandas y variantes suficientes para hacer atractivas las presentaciones. Se organizaron festivales que incluyeron a la mayoría de las bandas, el Surf & Rockabilly fest (2011) y el Surf & Zombie (2012). En el 2014, a la lista de bandas se sumaron Los Arenícolas, que integró a elementos de los Lavalamps y Knalito FC en una propuesta conceptual y musical interesante. Ese mismo año se lleva a cabo un festival un tanto informal, el Baja Jalifornia, y la camaradería lograda por los integrantes de las bandas siembra la semilla de conformar un movimiento colectivo de bandas activas de surf jaliscienses, lo que se refleja en el 1er. Festival Tequila Surf (2015), con la idea de difundir el género instrumental local. En este periodo El Cardenal destaca como el espacio que abre sus puertas al género, coronando esta hospitalidad con la presentación de Lorenzo “Surfer Joe” Valdambrini, gran exponente italiano del género cuyo festival reúne año con año a lo mejor del surf internacional.




2016 – La escena actual.
Aunque la creación del colectivo Tequila Surf no consiguió el impulso deseado, nuevas bandas como Tlajo Surf, Los Krakatoa, Surf del Chamuco, Dead Coloso y Los Volcanes Surf se sumaron a la mayoría de las bandas ya mencionadas, y se realizó en dos ocasiones el Leviatán Instro Surf Fest, que en su segunda edición se llevó las palmas en cuanto al nivel de las bandas presentadas, posicionadose como el evento de mejor factura organizado por la escena local, en este caso por Pulposo Producciones. También, Producciones Malagua ha organizado conciertos en el Foro Independencia con regularidad.
Mientras que en la CDMX aparecen nuevas bandas que buscan romper con el primer movimiento del surf nacional y acercarse a los orígenes del surf instrumental clásico, en ocasiones llevándolo al extremo del canon, el surf en Guadalajara lucha por sobrevivir, con pocas bandas aunque cada una con un sonido diferente a las demás, lo que representa el mayor mérito de la escena, sumado a la buena relación entre bandas que excluye del panorama la lucha de egos e intereses, tan común en otras escenas. Lo que falta es generar público, superar los pocos espacios, la poca vinculación con el movimiento nacional (en tocadas parte del movimiento en Jalisco se han invitado solo a 8 bandas y solo Knalito FC, los Lavalamps y Los Caguama se han presentado en Puebla y CDMX), y la prácticamente nula presencia de bandas internacionales (solo 3 han tocado en la ciudad en este lapso: Los Straitjackets, Surfer Joe y Messer Chups). A favor se cuenta la vinculación con bandas estados vecinos como Aguascalientes, Colima y Michoacán, con las cuales se ha establecido un circuito de visitas recíprocas.

¿Puede mejorar este escenario? Sin duda, con el compromiso de las bandas por ofrecer shows profesionales, con calidad instrumental, sonido consistente y seriedad en su organización. 12 años deben haber dejado grandes lecciones para que la escena finalmente se establezca y crezca. Calidad en las propuestas hay de sobra, los espacios se han abierto y si bien el género no dejará su linaje marginal, ofrece mucho para pasar grandes momentos de buena vibra y rocanrol. Para quien esté interesado, para enterarse de tocadas, festivales y conciertos, aquí dos links:
 * El registro inicia en el 2004 de acuerdo a la información encontrada en internet, revistas, periódicos y a entrevistas con miembros de las bandas. Se agradecerá enormemente el enriquecimiento de la información aportando datos.
nestordanielsantos@gmail.com

martes, 19 de julio de 2011

EL FIN DE LA SAGA. ¿A DÓNDE IRÁN LOS MAGOS?

Son las ocho de la noche. Una de las filas empieza a avanzar pero no es la nuestra. Es la de los que consiguieron boletos para la función de las ocho y media, la primera en estas salas. Los comentarios no son de envidia ni resentimiento, todo lo contrario. En el ambiente hay felicidad, y mucha emoción. No hay sentimientos adultos aquí, no tienen cabida. Niños, adolescentes y adultos dejan de serlo en este momento para convertirse en participantes del fin de un fenómeno que después de diez años llega a su fin, por lo menos en el cine.
Porque el último libro ya hace 3 años que fue publicado. Y, como en el cine, las filas para conseguir un ejemplar también estaban rebosantes de emoción y ansiedad. La espera había sido larga. Miles de comentarios, acaloradas discusiones y grandes expectativas se generaron y por fin llegaba el día en que el velo caía y la historia terminaba. La historia de un mago. La historia de un mundo mágico. Una historia que leyeron 400 millones de niños, adolescentes y adultos en el mundo.
Hay miles de personas que han visto con recelo este fenómeno. “Los fans de Harry Potter deberían avergonzarse de ser fans de Harry Potter”, comenta alguien que en su perfil de facebook dice ser estudiante de una maestría en literatura. Si algo no se puede permitir un lector, es ser dogmático, convertirse en una especie de mesías literario que anuncia la salvación por medio de los libros que el considera dignos de ser leídos, pero sobre todo, de aquellos que merecen la pena de la hoguera.
El fenómeno de Harry Potter principalmente es un fenómeno literario, que tuvo su origen en los libros, en los cuentos, en la fantasía que solo la lectura hace posible. Los fans mexicanos de Harry Potter han leído por lo menos siete libros en su vida, una cifra que millones de mexicanos no alcanzarán jamás. Pero esto solo considerando los siete libros de la saga, porque para estos niños, ahora adolescentes y jóvenes, los libros del mago fueron el punto de partida de una vida ya enriquecida por la lectura.
La mercadotecnia hace su parte. El cine también. Pero la esencia está ahí. Si, es divertido ver a los niños y adolescentes llegar al cine o a la librería con una varita, con su túnica de mago, tratando de hacer suyo un mundo que solo existe en un libro. Pero son niños. Niños que leen. “Volver a los juguetes es pueril. Volver a los cuentos es reanimar el espíritu con las verdades puras de valor y belleza”. Esto, dicho hace siglos por los hermanos Grimm, es la verdad que subyace en el fenómeno de Harry Potter, un fenómeno alrededor de un cuento. Y siempre será mejor ser parte de algo así, que, por ejemplo, ser uno más de millones de mexicanos que imitan las ocurrencias de un borracho de internet.

viernes, 29 de mayo de 2009

MESSIAH WAR

Luego de Messiah Complex, la saga sobre la primera niña mutante nacida después del Día M sigue en los títulos más crudos de los mutantes de marvel: X-Force y Cable, en un crossover que nos mostrará imáganes de un futuro apocaliptico y que esperemos que de una vez por todas redefina a la línea mutante, que después de House of M, han pasado a un segundo plano, y todos los que somos fieles seguidores de los X-Men, deseamos que de nuevo tengan el peso que merecen en el universo marvel.
messiah war
Esperemos que lo que parece ser un segundo capítulo en esta saga resulte interesante y empiece a definir lo que viene y que sea bueno para los mutantes, ya sea su destrucción o renacimiento